Un blog para historiadores

Este espacio está destinado a los compañeros de la asignatura Iniciación a la investigación histórica que cursan en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es un lugar para compartir herramientas e ideas sobre la materia, pero también para enriquecer los conocimientos fuera del aula y ampliar nuestra formación como humanistas.



viernes, marzo 18, 2011

El Ejército al día en el arte de masacrar

¿Qué significa el estado de derecho? ¿hasta dónde hemos llegado como sociedad para que exista gente que avale el uso excesivo de la fuerza por parte del Estado a través de sus instituciones? ¿porqué ante la corrupción e ineficacia del sistema judicial se llega a la conclusión de que se requiere de un estado de excepción para combatir a la delincuencia? ¿quién es más delincuente, los maleantes o quienes amparados en una institución se comportan como tales? ¿qué tan legítimo es el deseo de venganza de quienes han padecido los horrores de la delincuencia organizada y piden castigo sin miramientos para los delincuentes?


Chequen las declaraciones del general Carlos Bibiano Villa, ex encargado de la seguridad pública en Torreón, quien manifestó con total desfachatez su modo de proceder para combatir a la delincuencia. Este general en retiro afirmó en entrevista con Sanjuana Martínez, y después con Carmen Aristegui, que para lograr sus objetivos hace uso de la fuerza sin consideraciones, sin respeto por los derechos humanos y sin verificar si los presuntos delincuentes que "elimina" lo son en verdad.


Este canijo sí que da pena, pero más pena da la gente que lo apoya: casi 80% de las llamadas y mensajes al programa de Aristegui en los tres últimos días fueron reclamos a la periodista por "descalificar" al general y en apoyo a éste. Lo grave del asunto es que las personas que están de acuerdo en que el ejército y la policía combatan a la delincuencia de esta manera conscienten el uso de las instituciones encargadas de seguridad violando el estado de derecho con total impunidad. Esto no debe permitirse; hasta en la guerra hay límites. Y de paso no sólo se castiga a los delincuentes, sino también, porque nadie es inocente hasta que se demuestra lo contrario, a los que se atreven a protestar ante tanta injusticia (los luchadores sociales). No por nada en ciudad Juárez hay tan poca credibilidad en el ejército y la policía que se comporta igual o peor que la delincuencia organizada; basta recordar las indignantes muertes de luchadores sociales que han acontecido en los últimos meses en ese lugar.


Si se justifica el uso de la violencia por parte del Estado después no se podrá exigir castigo a quienes, excusados en esta legitimidad, atentan no sólo contra los delincuentes, sino contra cualquiera que lo parezca (recuerden el caso de los estudiantes del Tec de Monterrey y las familias que han sido atacadas por militares so pretexto de que los confundieron con delincuentes).


En el libro País de muertos, el obispo Raúl Vera da cuenta de a qué situación hemos llegado y el riesgo latente que existe si las cosas empeoran: “la impunidad es un elemento que alimenta el crimen”.





PD: el general reculó y dijo que siempre no mató a nadie ni violó derechos humanos, pero que de igual manera sigue entregado a su misión por la patria, ¿ustedes qué opinan?

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